lunes, 4 de mayo de 2009

Breves del comic en mi infancia


Cuando era niño, yo vivía en un pueblo en Allende, N.L. Y recuerdo que para antes de entrar a primaria ya había aprendido a leer gracias a las tiras cómicas que antes salían en la página 2 de la sección de deportes de El Norte. Sí, la página dos estaba llena de arriba a abajo de tiras. Salía Spider-man, Mandrake, Batman y más. Y recuerdo que, como era bien pequeño y no tenía ningún conocimiento de los colores (sigo sin tenerlo), coloreaba a spiderman con crayones azul y rojo, quedaba una plasta de cera encima del mono. Supe que era azul y rojo porque mi primo me lo había dicho, ya que él si tenía tele a color, para mí todas las caricaturas eran del mismo color hasta entonces: Birdman, los Súper Amigos AKA la liga de la justicia, Spiderman y los Ewoks.

Aprendí a leer con ayuda de mi mamá, yo quería saber lo que decían en las tiras y ella me enseñó. Desde entonces, para mí, el momento más feliz era cuando mi papá iba al centro de Allende. ¿Por qué? Bueno, vivíamos en el rancho, mi papá trabajaba en una fábrica de Nutra Sweet ahí cerca. Salía en bicicleta al trabajo y regresaba, dependiendo del turno que le tocara, en la mañana, tarde o noche. Por lo tanto las únicas salidas eran a la quincena a comprar la despensa a Allende y una vez por semana a comprar cualquier cosa y de paso traer el Norte. El día que me enteraba que iba a ir al centro, me ponía contento porque sabía que traería el periódico.

Más adelante se agregó otro día feliz a mi calendario: Un día, a mis escasos 5 años

, tal vez, acompañé a mi papá a comprar el periódico a un local de revistas. Al entrar vi un estante con comics, me brillaron los ojitos porque había visto revistas de otros tipos, pero no había visto un comic. Sentí emoción de ver a mis héroes favoritos en su propia revista ¡Y a color! Inmediatamente le rogué a mi papá para que me comprara uno y lo recuerdo bien, era Spider-Man: La Boda. Creo que hubo varias portadas, pero la que yo tenía era con los villanos y héroes de fondo a los lados y un corazón al centro. Los que yo compraba no eran como los que hay hoy día, los de antes tenían la pasta como de papel couche, pero bien ligerito y las páginas centrales eran en papel periódico, al parecer. Y además eran más grandes que los de ahora, parecido a tamaño oficio. De ahí en adelante esperaba el día de la despensa también porque, como mi papá traía dinero y yo había descubierto los comics, podía comprar uno cada vez. Cuando iba yo, compraba de Spiderman, X-Men, Superman, Avengers. Y no por los argumentos, debido a mi edad, claro, sino por los dibujos. Y cuando no iba, mis papás me llevaban unos mas de acuerdo a mi edad, tales como: Tom y Jerry, La Pantera Rosa, Donald Duck, Bugs bunny, etc. que también me agradaban, porque eran más fáciles de comprender entonces.

Aprendí a dibujar con ayuda de mi papá. El no había estudiado dibujo, pero se le daba bastante bien. Tenía un cuaderno Scribe de dibujo y ahí los hacía. De mis revistas, había veces que le pedía que me hiciera dibujos en un cartoncillo. Trabajaba por turnos, entonces, llegaba a las 9 p.m., cenaba y me hacía el dibujo. No sé a qué hora se dormía pero se levantaba de madrugada para el cambio de turno. Cuando me levantaba para ir al Kinder (y luego la primaria) ya estaba ahí el dibujo hecho. Lo llevaba para mostrarlo a mis compañeros, hasta que un día me lo rompieron y tuve que dejar de hacerlo. Al mismo tiempo yo dibujaba en la tierra porque me gustaba el hecho de que al acabar podía borrarlo con una mano y hacer otro dibujo.

Mi mamá decidió que del poco dinero que había en casa, una parte podía usarse para comprarme una libreta para dibujar. Yo era muy feliz cuando me la daban, porque ya en los primeros años de primaria me habían enseñado que las libretas eran para las lecciones y tareas, y en cambio, mi libreta de dibujo era un espacio libre, fuera del dominio de cualquier maestro. En ellas no había límites: siempre fui un niño con mucha imaginación y dibujaba lo que se me antojaba, sin importar la falta de capacidad técnica que normalmente un infante tiene. Mis libretas eran como El Fantasma (que camina, como decían en los defensores de la tierra), porque siempre era una Scribe de raya de las que tenían dos grapas en medio, de tal forma que cuando me acababa una y me daban otra, era el mismo modelo. Llegue a tener una mochila grande llena de libretas, que, lamentablemente, se echaron a perder en una noche de lluvia. Todos los recuerdos, los primeros pasos, se fueron a la basura. Era imposible conservarlas porque estaban pegadas las hojas. Aquellos días yo era muy apegado a muchas cosas, por eso llore al ver que nada podía yo hacer para rescatar mi pequeño tesoro.

No paso mucho tiempo para tener una segunda gran pérdida dentro de mis mini-colecciones: Un día, no recuerdo exactamente por qué, mi mama tiro a la basura mis comics. Creo que ocupaban mucho espacio en un mueble y dado mi carácter calmado-rebelde-valemadrista-procastinator no hice caso a su advertencia y cumplió su amenaza.

Aun era muy sentimental y apegado pero esa vez solo reñí con ella. Poco a poco la vida me ha enseñado que nada es para siempre, por eso deje de aferrarme a guardar todo. Creo que esa experiencia contribuyo con el tiempo a la lección.

La economía del hogar cambió al avanzar nuestra edad, por las necesidades más grandes que iban surgiendo, relegando las compras de material a un último renglón. Esto duró algunos años, sacándome un mucho de la jugada. Hoy en día habiendo tantas historias reimpresas, historias nuevas, universos paralelos, crossovers, what if’s, spin off’s, etc. No me he preocupado por estar al día con todo ese monstruo, Lo cual no me incomoda, porque, es como querer ver todas las series en el mercado solo porque me gusta La ley y el orden. Incluso es como pretender que me agradan todos los Spin Off ‘s de CSI, solo porque me gusta el original.

Actualmente me dedico a la contabilidad, pero sigo disfrutando del comic, que me ha acompañado desde mis primeros pasos. Me provocó la inquietud por la lectura y el dibujo, y el uso de la imaginación, como antes mencione. Aunque debo agradecer a mis papas por comprármelos y apoyarme en aquella curiosidad temprana por dichos temas.

Todo esto que escribí vino a colación por este dibujo de Venom que hice en un programa que baje de internet, el GIMP. Quería probarlo y como no tenía un dibujo a la mano, descargue uno en blanco del tipo que les dan a los niños para colorear. Y le intente poner color de manera decente. Al terminarlo, me acorde de aquellas ediciones grandes de spiderman que ya platiqué, donde llegue a tener esa parte de la historia con spidey portando el traje negro que mas delante…ya saben. Y pues es increíble como, de un evento superfluo, empiezan a brotar recuerdos tan entrañables como trascendentes.Y si bien, pude darle mas detalle, preferí no abusar.

3 comentarios:

Aburto dijo...

Muy chida memoria. A mi tambien me tiraron alguna vez la bola de comics que tenia. Por ahi debe de haber alguno guardado, de esos que tu dices, tamaño grande impreso por Novedades.
El color del venom quedo te bastante decente!

abraham salas dijo...

gracias carnal! gracias por firmar. eres el único oficialmente, jeje

abraham salas dijo...

con madre que aún tienes uno