sábado, 14 de noviembre de 2015

EXPERIENCIA TIPO BABADOOK


     Un día tuve una experiencia tipo el babadook cuando era soltero. Vivíamos 3 cabrones en una casa por allá por las desoladas tierras de Los Fresnos, Apodaca. Una noche mientras estábamos en la sala, escuchamos 6 toques de puerta (ba, ba ,ba ,dook ,dook ,dook). La casa tenía un patio delantero de 3 metros de largo. Adolfo estaba cerca de la puerta, y casi inmediatamente después de que sonó el último toque, la abrió. Pensaba que era alguno de los vecinos, pero al abrirla no había nadie. Era físicamente imposible que el que tocó pudiera correr tan rápido. Además, si quería hacer la clásica broma de tocar y correr, ¿Para qué tocar 6 veces pausadamente?
     Bromeamos al respecto unos segundos y luego continuamos con lo que fuera que estuviéramos haciendo (seguramente jugando Playstation). Pasaron los días de manera normal. Hasta que una tarde llegué del trabajo y como no había nadie, subí al cuarto y me recosté en la cama. Los últimos rayos del sol mantenían la claridad en el cuarto. Me fui relajando hasta quedarme dormido. De repente sentí algo extraño, abrí los ojos y estaba oscuro. Volteé hacia el espacio del closet, que estaba totalmente oscuro y creí haber visto un enorme perro negro. Estaba sentado, observándome. Una figura delgada y completamente negra estaba parada al lado, entre las penumbras. No pude moverme. De repente, ambas figuras se desvanecieron entre la negrura como si se hubiese tratado de una par de sabanas que caen suavemente. Se hicieron uno con la noche.
     Me levanté, ahora sí y prendí la luz: todo normal, como si nada. No recuerdo haber mencionado este asunto a ninguno de los otros dos compañeros, Erick y Adolfo. Como estaba en el límite del sueño y la vigilia, creí que tal vez lo había soñado. Días después, vi una película de esas de Poltergeist que no había visto. Había un ente malévolo queriendo entrar a la casa, pero el indio que ayuda a los buenos les dice que mientras no lo dejen entrar no podía hacerlo por sí solo. Rápidamente relacioné los toques a la puerta con lo del perro negro. Fue una coincidencia todo, pero es buena historia para contar ¿no?


"Don´t let him in!!"